España es la referencia mundial de la gastronomía. Pero es la No Referencia en lo que se refiere a la internacionalización gourmet en Estados Unidos. ¿Por qué? Pues porque no hacemos las cosas bien y asociándonos para conseguirlo. En Made in Spain Gourmet pensamos diferente.
- El atractivo del mercado estadounidense y las marcas blancas
- El coste del renunciamiento a la identidad
- Un error estratégico: ¿Perder la oportunidad de construir prestigio?
- El futuro de las marcas gourmet españolas en Estados Unidos
En los últimos años, hemos sido testigos de una tendencia inquietante entre algunas marcas premium españolas, que ceden a la presión del mercado estadounidense para lanzar versiones de sus productos bajo marcas privadas, conocidas como private labels. A primera vista, esto puede parecer una estrategia pragmática para expandirse en un mercado tan competitivo y lucrativo como el de EE.UU. Sin embargo, al hacerlo, muchas de estas marcas renuncian a su identidad, su legado y, lo más grave, a la posibilidad de construir un prestigio que podría catapultarlas a una posición de liderazgo global.
El atractivo del mercado estadounidense y las marcas blancas
Estados Unidos, con su gigantesco mercado de consumidores sofisticados, es el paraíso de los bienes de consumo, y las marcas españolas han sido históricamente reconocidas por su calidad y autenticidad. Sin embargo, el deseo de penetrar este mercado ha llevado a varias empresas a ceder ante el atractivo de los contratos con cadenas minoristas o distribuidores que requieren productos bajo marcas blancas. Las private labels o marcas privadas son aquellas que no tienen nombre propio y que, en lugar de ser una marca reconocida por el consumidor, llevan el logo de la cadena de supermercados o el distribuidor que las comercializa. En muchos casos, estas marcas blancas pueden ofrecer precios más competitivos, lo que las hace aún más atractivas para consumidores que buscan ofertas.
El coste del renunciamiento a la identidad
Aunque el acuerdo con marcas privadas puede generar una rentabilidad inmediata, las marcas españolas, al hacerlo, están cediendo algo mucho más valioso: su identidad. La creación de una private label implica desaparecer detrás de una etiqueta genérica, perder la conexión directa con el consumidor y, en muchos casos, renunciar al control sobre la percepción de su producto. Las marcas premium españolas, reconocidas por la calidad de sus aceites de oliva, vinos, embutidos o conservas, pierden la oportunidad de posicionarse como referentes globales si no son capaces de transmitir su origen, su historia y su proceso de producción.

Las marcas gourmet españolas: ¿Renunciar al prestigio por la tentación de las marcas privadas en USA?
Un error estratégico: ¿Perder la oportunidad de construir prestigio?
El marketing de las marcas gourmet no se basa solo en la calidad del producto, sino también en la construcción de una narrativa. En un mundo cada vez más consciente de la procedencia y autenticidad de lo que consume, las marcas premium que apuestan por el nombre y el origen como valor distintivo están en una posición privilegiada para establecer un prestigio global. Esto es precisamente lo que algunas marcas españolas parecen no comprender al firmar acuerdos con marcas privadas.
Es importante señalar que el consumidor estadounidense, aunque puede estar interesado en precios más bajos, también busca autenticidad, calidad y, sobre todo, una historia detrás de los productos que adquiere. Si las marcas españolas pierden esa conexión y se convierten en productos anónimos dentro de una marca blanca, están sacrificando una gran oportunidad para posicionarse como un referente de lujo y autenticidad.
El futuro de las marcas gourmet españolas en Estados Unidos
Para las marcas españolas, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre aprovechar las oportunidades de un mercado como el estadounidense y, al mismo tiempo, mantener su integridad como marcas premium. En lugar de ceder a la tentación de las marcas blancas, las empresas españolas deberían buscar maneras de diferenciarse, resaltar la calidad y la autenticidad de sus productos y educar a los consumidores sobre el valor único de lo que están comprando.
En resumen, al sucumbir a las marcas blancas en EE.UU., las marcas gourmet españolas están dejando de lado lo que las hace únicas: su origen, su historia, y su prestigio. En lugar de ser una simple opción más en los estantes de los supermercados, podrían haberse consolidado como una marca global de lujo, líder en el mercado gourmet. La lección aquí es clara: el valor de una marca no se construye solo con productos de calidad, sino con una identidad que los consumidores puedan reconocer, apreciar y, sobre todo, desear. ¿Será este el futuro de las marcas gourmet españolas en Estados Unidos? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que está claro es que, al sacrificar su identidad por un contrato de marca blanca, podrían perder una oportunidad que podría haberlas catapultado al éxito mundial.
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